El Real Madrid huye de la sencillez, no se siente cómodo en la  normalidad, disfruta resolviendo los problemas que antes generó, se  niega a vivir como los demás. Partidazo el de esta noche en el Bernabéu, partidazo del Madrid y de un espléndido Cristiano Ronaldo. 
Empezó la cosa fea para el equipo blanco con el gol a propia puerta de Xabi Alonso (tengo dudas de que Negredo no haga un ligero empujoncito). El Sevilla dominó los primeros 15 minutos, período que como he dicho, el Sevilla ha conseguido el gol en propia a puerta del donostiarra, en el minuto 9. El Madrid tardó 5 minutos en entrar en el partido después del gol en contra. Fue un ataque magnífico del Sevilla, que lo inició por la derecha y lo  finalizó desde la izquierda. Le acompañó la fortuna en la definición,  pero la ejecución de la jugada fue extraordinaria.A partir de ese momento, el equipo blanco fué claro dominador, tanto en ocasiones como en control de posesión del balón. 
Abrió el campo todo lo que pudo el Sevilla con Navas y Capel y obligó al  Madrid a defender una extensión de campo demasiado ancha. Las dos  flechas que puso Manolo Jiménez en las bandas desmontaron el sistema  defensivo de Pellegrini. Lass nunca vio a Capel, que llegó sobrado hasta  Ramos, y Marcelo fue tan brillante en ataque como improductivo en  defensa. La consecuencia es que Navas atormentó a Arbeloa mientras el  Sevilla tuvo el mando del choque. El Real Madrid no dejó de atacar y atacar hacia la portería defendida por Andrés Palop, que por cierto, gran partido del portero sevillista (para mí uno de los mejores porteros del momento). Muchas llegadas al área, pero que no acababan de perforar la portería. Siguió el vendavál blanco, sobretodo 'made in' CR9. Cristiano pusó la electricidad del equipo (de la que contagió), desbordó, regateo, tiro... Pero no había manera de que se pusiera un 1 al 0 que marcaba el marcador. Fueron ataques continuos, más explosivos que elaborados, y todos ellos  se encargó de desactivarlos un enorme Palop, que vive un momento de  forma difícilmente mejorable. Sacó una mano a Marcelo y poco después  detuvo sin problemas una volea de Higuaín. El Madrid ya estaba volcado  en busca del empate y si no lo consiguió antes del descanso fue mérito  del portero. A las dos intervenciones anteriores sumó otra a los pies de  Kaká y dos más a tiros de Cristiano. Así se llegó al final de la primera parte.
Al inicio de la segunda parte,  Dragutinovic lograba anotar el segundo  de los visitantes, tras sacar con rosca una falta desde la frontal, que bajo mi opinión, Iker Casillas tuvo un pequeño despiste, error o como lo queráis definir. El resultado era totalmente injusto. El Sevilla no había hecho ningún tiro a la puerta de Iker (ni lo ha hecho en todo el partido). Pellegrini reordenó el equipo con las entradas de Van der Vaart y Guti, y las  ideas que tanto trabajo costaba encontrar comenzaron a fluir con  naturalidad. Cristiano seguía desbordando, Kaká lo intentaba, Higuaín tres cuartos de  lo mismo, y Guti haciendo de jefe en las maniobras y el Madrid sólo necesitó  consumir diez minutos para empatar. Fue una continuación del asedio  vivido en el primer tiempo. Cristiano seguía desbordando, Kaká lo intentaba, Higuaín tres cuartos de lo mismo... Pero  el fútbol sería justo y el Real Madrid igualaba el marcador en menos de  cinco minutos. Primero fue Cristiano Ronaldo (min.59), aprovechando un  rechace en el área con un fino y picado disparo con muchísima intención y pillería. Al cabo de 4 minutos después, tras un saque de esquina, Sergio Ramos  cabeceó el esférico al fondo de la red (min.64) para poner las tablas en  el marcador. Antes y después se vio un disparo al larguero de Higuaín, otro de Guti y  un tiro del argentino al poste. 
El mando del partido era totalmente merengue. No descansó en ningún momento del partido hasta que Van Der Vaart logró el tercero. Ramos, que completó una noche más que notable, centró desde la derecha,  Higuaín cabeceó para obligar a Palop a otra intervención sensacional,  pero Van der Vaart fue más listo que nadie y se anticipó a los defensas  para firmar un gol que puede valer mucho más que tres puntos. 
Mereció el triunfo el Madrid y lo buscó superando todos los obstáculos  que se encontró en el camino, que no fueron pocos. Esos dos goles en  contra, la magnífica actuación del gran Palop. Supo controlar la  ansiedad de verse debajo en el marcador, nunca renunció a la victoria,  siempre creyó en ella, quizá porque el Madrid es el único equipo capaz  de ver una victoria donde los demás sólo veían un empate. Ese corazón  indestructible fue el que llevó a doblegar a un buen Sevilla y a  vestirse con el traje de líder. Los futbolistas del Madrid se abrazaron al final como si hubieran ganado  la Liga. Deberán todavía trabajar mucho para hacer realidad ese  objetivo, pero eran conscientes de que después del tropiezo del  Barcelona en Almería, un triunfo contra el Sevilla suponía mucho más que  tres puntos. Aires de  fiesta en el Bernabéu. La remontada ya era un hecho y el Real Madrid logró tres puntos de oro  que le colocan al frente de la clasificación. Buen juego blanco, calidad individual y global, y ahora a por el Lyon. ¡HALA MADRID!
Valoración del partido de Cristiano: 9. 



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