Un partido en el que no estuvo Cristiano Ronaldo, pero como fiel madridista que soy, vamos a poner el resumen de lo que fueron los 90 minutos.
Casi dos décadas después, el Real Madrid ha vuelto a ganar en Riazor. Raúl, hoy titular, jugaba en las categorías inferiores la última vez que los blancos 'tocaron pelo' en el estadio del Deportivo. Ni los Juegos Olímpicos de Barcelona se habían celebrado aún. El propio Barça, de hecho, no había ganado todavía su primera Copa de Europa la última vez que el conjunto madridista superó al gallego en su campo...
Pero el maleficio, tal vez cosa de meigas, que tenía hechizado a los blancos en Riazor ha terminado, y para ello ha tenido que aparecerse un auténtico 'mago' del balón: José María Gutiérrez, Guti, que ha dejado una perla futbolística muy pocas veces vista. Nos situamos en el minuto 39, el Madrid pilla a la contra al Depor tras un saque de corner mal efectuado por los gallegos que deja al '14' solo, con tiempo para pensar, dentro del área ante Aranzubía... Y cuando todo el mundo se espera el disparo, la deja de tacón para que Benzema marque.
El francés corrió el riesgo de fallar el gol quedándose boquiabierto al ver lo que se le acaba de ocurrir a su compañero, una acción totalmente inaudita que significaba el 0-2 para los blancos, pues antes había marcado de cabeza Granero aprovechando un fallo en el despeje de Laure. La asistencia de Guti fue más propia del baloncesto que del fútbol, y no de un basketbolista cuaquiera sino del mismísimo 'Magic' Johnson. Una jugada de verdadero Globetrotter. No estaría de más que en el control antidoping el médico constatara que Guti no tiene un ojo en el cogote...
Hasta entonces el Madrid había sido muy superior. Después de dar la tabarra toda la semana con la sanción a Cristiano (si ya estaba confirmada, para qué hurgar) resultó que el equipo no echó de menos en ningún momento al luso y completó una de sus mejores primeras partes fuera del Bernabéu de la temporada. Seguramente influyó el hecho de salir al campo sabiendo que el Barça había ganado en El Molinón y que no ganar al Depor significaba despedirse de media Liga.
Con la cabeza más fría, se debe admitir que las bajas de Guardado, Filipe Luis, Sergio... son mucho más dolorosas para el Depor que la de CR9 para el Madrid. Manuel Pellegrini, además, se vio 'obligado' a alinear un centro del campo que, tras el partido de hoy, muchos reclamaran para próximos partidos, sin ir más lejos el del fin de semana que viene contra el Espanyol.
Sin Lass, la única opción era jugar en rombo con Xabi y Kaká en las puntas y Granero y Guti a los lados, como interiores. Para no atascar el juego, Arbeloa y Marcelo debían subir con constancia y criterio, como así hicieron, y de los dos delanteros el más móvil, Benzema, caer a la banda con frecuencia. El dibujo funcionó como un reloj, sobre todo por la derecha donde Arbeloa demostró que, cuanto menos, peor que Ramos de lateral no es... y veremos si no le supera. Suya fue la asistencia del tercer gol, ya en el descuento, desde la línea de fondo, con remate final de nuevo de Benzema.
Un gol tranquilizador pues en el '86 lo que parecía que iba a ser una plácida victoria 'merengue' se complicó con un gol de Riki de penalty. Una pena máxima que él mismo provocó ante Ramos y que deja muchas dudas en la repetición... El andaluz, por cierto, estuvo impecable formando como pareja de Albiol en el eje de la defensa. Una zaga, después de muchos años, mayoritariamente española, como todo el Real Madrid, que saltó al terreno de juego con ocho nacionales en la formación titular.
Parece que, poco a poco, los preceptos instaurados por Florentino Pérez en su vuelta a la presidencia el pasado verano se van dando. Españolización, buen juego (muy distinto al del Barça, a eso no hace falta darle más vueltas), algunos mejores jugadores del mundo vestidos de blanco... Lo único que falta ahora es que los títulos vuelvan y, de momento, la Liga sigue estando a cinco puntos de distancia.