Asalto fallido al liderato

Año nuevo, misma clasificación, con el Barcelona líder con dos puntos de ventaja sobre el Real Madrid, que no pudo lograr en Navarra un triunfo que le hubiese puesto por delante de los azulgrana gracias a su mejor 'goal average'. Y es que Pamplona siempre es un mal sitio para ir necesitado de triunfos, aunque en los últimos años al Real no se le había dado mal el Reyno.

El partido solo puede definirse como macho, muy bien planteado por Camacho y con los jugadores rojillos convertidos en once 'camachitos', como es de esperar de cualquier equipo entrenado por el técnico de Cieza. Queda claro que el duelo fue de armas tomar, vaya. Pero el Madrid tampoco se quedó atrás a la hora de meterle 'testiculina' al envite, por lo que nos quedó una primera parte intensa aunque, vista con frialdad, áspera de juego.

La emoción que los jugadores le pusieron al choque tapó la falta de calidad del mismo y, sobre todo, la ausencia de ocasiones. Los elogios, de hecho, deben ser sobre todo para los defensas, en especial para Garay, uno de los que más se jugaba en el duelo pues, además de los tres puntos, luchaba por convencer a los técnicos de que no es necesario fichar a nadie para sustituir a Pepe. El primer examen serio, desde luego, lo aprobó con nota el argentino, acompañado de un Albiol que asume galones. Arbeloa, en la izquierda, también destacó por su seriedad.

Tres cuartos de lo mismo ocurrió con Osasuna. Grande Roversio pese a su falta de ritmo, serio como de costumbre Flaño, y los laterales, Azpilicueta y Monreal, demostrando por qué tienen enamorado a Camacho. Junto con ellos, destacó uno de los futbolistas con más mecha de la Liga, Patxi Puñal, para el que no pasan los años...

¿Y los 'cracks'? Pues bastante poco inspirados. Cristiano lo intentó, en eso nunca escatima, pero no pudo desequilibrar como él lo suele hacer, ni buscarse posiciones de remate jugando nuevamente como delantero, algo que ya parece inmovible en el esquema de Pellegrini. A su lado, Higuaín mostró su cara gris, aunque se generó el solito en la segunda parte la ocasión más clara del partido, salvada milagrosamente por Ricardo.

Fue durante el único tramo del partido, al inicio del segundo tiempo, en el que el Madrid se mostró netamente superior en la faceta ofensiva. Los blancos ya se puede decir que son un bloque, defienden con solvencia y manejan el fuera de juego como casi nadie en la Liga, así que ahora parece que ha llegado el momento de pulir la faceta ofensiva para partidos en los que, como el de hoy, se encuentran con un rival bien armado como Osasuna.

Con los destructores más entonados que los constructores, y sin la bala de Kaká en el banquillo (reaparecerá en Mallorca, donde no estarán por tarjetas Ramos y Lass) el partido se vio abocado indefectiblemente a un 0-0 que, sin embargo, no deja mal sabor de boca, por supuesto, en los rojillos, pero tampoco del todo en los blancos, de no ser porque hubiera valido un simbólico liderato, pues se vio que el Madrid sigue yendo poco a poco a mejor, por más que esta vez fallara su valor más seguro, la 'pegada'.

Si acaso, en el debe de Pellegrini reincidir en lo mismo de siempre: cuidar la media. Una vez más, el chileno quiso apostar por el ataque en detrimento del control del juego, quitando a Van der Vaart (que también es cierto que dura una hora) para meter a Raúl, no se sabe si como atacante o como organizador, en vez de tirar por lo más sencillo e introducir a Granero. El centro del campo es hoy en día el termómetro de cualquier equipo, por más que tenga a los mejores delanteros del mundo. Sigue siendo la clave.
Aquí les dejo un vídeo resumen. La calidad de imagen no es muy alta que digamos, les pido disculpas.